La conclusiones finales de la Mesa Nº7 ¨Pueblos Indígenas ¨fueron presentadas ayer, miércoles en la tarde, en el Coliseo de Tiquipaya, por Miguel Palacín Quispe, Presidente de la Mesa representante de la institución ¨Coordinador Andina de Organizaciones Indígenas¨ (CAOI), Edith Jerez Justiniano, representante de la Institución” Pueblos Guaraníes del Sur” y Felipe Gómez representante de la Institución “Programa De Desarrollo (COMPAS) Mesoamérica Lugares Sagrados, Medicina, Biodiversidad y Biológica”, de Guatemala, los tres presidentes de la Mesa. Las conclusiones finales fueron redactadas por el Secretario, Oscar Campinini, Sociólogo, participante de la ciudad de La Paz - Bolivia
El documento presentado en la plenaria fue aprobado, aclarando que en los siguientes días podría sufrir pequeñas modificaciones, las cuales serían dadas a conocer vía Internet.
El texto aprobado es el siguiente:
Los pueblos, nacionales y organizaciones indígenas provenientes de diversas partes del mundo, se reunieron en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, del 19 al 22 de abril de 2001 en Tiquipaya, Cochabamba, Bolivia, después de amplios debates se decidió lo siguiente:
Los pueblos indígenas somos hijos e hijas de la Madre Tierra o Pachamama en quechua. La Pachamama es un ser vivo del universo que concentra energía y vida, cobija y da vida a todos sin pedir nada a cambio, es el pasado, el presente y futuro; es la relación con la Madre Tierra. Convivimos con ella desde hace miles de años con nuestra sabiduría, espiritualidad cósmica ligada a la naturaleza. Sin embargo, el modelo económico, impulsado y forzado por los países industrializados, que promueven la explotación extractivista y la acumulación de riquezas, han transformado radicalmente nuestra relación con la Madre Tierra. El cambio climático, debemos constatar, es una de las consecuencias de esta lógica irracional de la vida. Esto es lo que debemos cambiar.
La agresión a la Madre Tierra, los golpes y las violaciones contra nuestros suelos, bosques, flora, fauna, biodiversidad, ríos, lagos, aire y el cosmos son golpes contra nosotros mismos. Antes pedíamos permiso para todo. Ahora se pretende desde los países desarrollados que la madre tierra nos pida permiso a nosotros. No se respetan nuestros territorios, particularmente los de los pueblos en aislamiento voluntario o en contacto inicial, y sufrimos la más terrible agresión desde la colonización, sólo para facilitar el mercado y la industria extractiva.
Reconocemos que pueblos indígenas y de todo el mundo, vivimos en una época de crisis generalizada: ambiental, energética, alimentaria, financiera, de valores, entre otros, como consecuencia de las políticas y actitudes de los estados racistas y excluyentes.
Decidimos que en la Conferencia Climática de Copenhague, los pueblos del mundo que exigíamos un trato justo, fuimos reprimidos y los estados causantes de la crisis climática, debilitaron aún más los posibles resultados de las negociaciones y no asumieron compromiso vinculante alguno, limitándose, simplemente, a respaldar el entendimiento de Copenhague, que plantea objetivos insuficientes e inaceptables, en la relación a acciones de respuesta al cambio climático y financiamiento para los países y pueblos mas afectados.
Afirmamos que los espacios de negociación internacionales han excluido, sistemáticamente, las participaciones de los pueblos indígenas. Por este motivo, ahora, los pueblos indígenas nos hacemos visibles en estos espacios, porque el haberse herido y saqueado a la Madre Tierra con actividades que impactan negativamente sobre nuestras tierras, territorios y recursos naturales, nos han herido también a nosotros. Por eso los pueblos indígenas no nos quedaremos callados, sino que planteamos la inquebrantable movilización de todos nuestros pueblos, para llegar a la COP 16 de México y otros espacios, articulados y preparados para defender nuestras propuestas, particularmente del Estado Plurinacional y el Vivir Bien. Nosotros, los pueblos indígenas, no queremos vivir mejor, sino queremos vivir bien, que es una propuesta para lograr el equilibrio y a partir de ella construir una nueva sociedad.
La búsqueda de objetivos comunes, según nos muestra la misma historia, sólo se conseguirá con la unión de los pueblos indígenas de todo el mundo. Las raíces ancestrales, indígenas, originarias de toda la población mundial deben ser uno de los lazos, que nos una para lograr un sólo objetivo.
Por todo ello, proponemos, demandamos y exigimos:
1. La recuperación, revalorización y fortalecimiento de nuestras civilizaciones, identidades, culturales y cosmovisiones, basadas en el conocimiento y sabiduría ancestral milenaria indígena – originaria, para la construcción de paradigmas de vida alternativas al modelo de desarrollo actual y como una forma de hacer frente al cambio climático.
2. El rescate y fortalecimiento de la vivencia y propuesta de los pueblos indígenas del vivir bien, reconociendo a la madre tierra como un ser vivo con la cual tenemos una relación indisoluble e interdependiente; basado en principios y mecanismos que garanticen el respeto, la armonía y el equilibrio de los pueblos con la naturaleza, como la base con una sociedad como justica social y ambiental, que tenga como fin la vida. Todo ello para hacer frente a la crisis del modelo de saqueo capitalista y garantizar la protección de la vida en su conjunto a través de la búsqueda de acuerdos globales incluyentes.
3. Exigimos a los estados que reconozcan, respeten y garanticen la aplicación de los estándares internacionales de derechos humanos y derechos de los pueblos indígenas (declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y Convenio 169 de OIT), en el marco de las negociaciones políticas y medidas para enfrentar el cambio climático
4. Exigimos a los estados que reconozcan jurídicamente la preexistencia y por tanto la propiedad de nuestros territorios, tierras y recursos naturales, que hemos poseído tradicionalmente como pueblo y naciones indígenas originarias, así como la restitución y restauración de los bienes naturales, las aguas, los bosques y selvas, lagos, océanos y hielos, lugares sagrados, tierras y territorios, que nos han sido arrebatados y despojados, para posibilitar y fortalecer nuestras formas tradicionales de vida y contribuir efectivamente a la solución del cambio climático. En este sentido planteamos la consolidación de los territorios indígenas, en el ejercicio de nuestra libre determinación y nuestra autonomía y de conformidad con nuestros sistemas normativos.
Asimismo, exigimos a los estados el respeto a los derechos territoriales de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario o en contacto inicial, como una medida efectiva para preservar su integridad y para combatir los efectos adversos del cambio climático hacia dichos pueblos.
5. Llamamos a los estados que no promuevan las prácticas de monocultivo de carácter comercial, ni introducir y promover los cultivos transgénicos y exóticos, porque según la sabiduría de nuestros pueblos, estas especies agravan la degradación de las selvas, los bosques y los suelos, contribuyendo al aumento del calentamiento global. Tampoco, bajo la búsqueda de energías alternativas (como la nuclear y bioingeniería), se debe implementar los mega proyectos hidroenergéticos, de energía eólica y de otro tipo, que afectan los territorios y hábitats naturales de los pueblos indígenas.
6. Exigimos el cambio de las leyes forestales y ambientales de los estados y la aplicación de instrumentos internacionales pertinentes, para la protección efectiva de las selvas y bosques, así como su diversidad biológica y cultural, garantizando los derechos de los pueblos indígenas, incluida su participación y el conocimiento previo, libre e informado.
7. Planteamiento que en el marco de las acciones de mitigación y adaptación sobre el cambio climático y basados en la experiencia y en el conocimiento demostrados ancestralmente, para el manejo sostenido de la diversidad biológica de nuestras selvas y bosques; establecer como política de estado, que las aéreas naturales protegidas deben ser gestionadas, administradas y controladas directamente por los pueblos indígenas.
8. Demandados una revisión o en caso moratoria una revisión o en caso moratoria a toda actividad contaminante y que afecte a la madre tierra y el retiro de las corporaciones transnacionales y de megaproyectos de los territorios indígenas.
9. Demandamos la aplicación de la consulta, la participación y el consentimiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas y poblaciones afectadas en todos los procesos de diseño e implementación de medidas y adaptación mitigación del cambio climático y otras acciones de intervención en los territorios indígenas.
10. Los estados deben promover mecanismos que garanticen el financiamiento, para las acciones de respuesta al cambio climático, lleguen de manera directa y efectiva a los pueblos indígenas como parte del resarcimiento de la deuda histórica y ecológica apoyando el fortalecimiento de nuestras propias visiones y cosmovisiones para el vivir bien
11. Llamamos a la recuperación, revalorización y fortalecimiento de las tecnologías y conocimientos propios de los indígenas y promover la incorporación de estos en la investigación, el diseño y la aplicación de políticas sobre cambio climático, en complementariedad con los conocimientos y tecnologías occidentales adecuadas, asegurando que los procesos de transferencia de tecnología no debilitan el conocimiento y las tecnologías indígenas.
12. Planteamientos de la recuperación, el desarrollo y la difusión de los conocimientos y tecnologías indígenas, a través de la implementación de políticas y programas educativos pertinentes, así como la modificación e incorporación de dichos conocimientos y sabidurías ancestrales, en las currículas y metodologías educativas.
13. Instamos a los estados y organismos utilizados internacionales de toma de decisiones sobre el cambio climático, en particular la CMNUCC, establezcan las estructuras y los mecanismos formales que incluyan al participación plena y efectiva de los pueblos indígenas, comunidades locales y grupos vulnerables incluyendo a mujeres, sin discriminación, como elemento clave para obtener un resultado justo y equitativo de las negociaciones sobre el cambio climático.
14. Nos sumamos a la demanda de conformar un tribunal de justicia climática que permita juzgar y establecer sanciones al no cumplimiento de compromisos y otros crímenes ecológicos de los países desarrollados, principales responsables del cambio climático. Esta instancia debe considerar la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas y sus principios de justicia.
15. Planteamos la articulación y organización de los pueblos a nivel mundial, a través de nuestros gobiernos, organizaciones y mecanismos locales, nacionales regionales e internacionales, para participar en los procesos de debate y análisis, con representación legítima en todo el proceso relacionado con el cambio climático. En este sentido, se propone conformar un espacio de organización con participación especial de los ancianos, que contribuyan en la búsqueda de soluciones globales y efectivas al cambio climático.
16. Proponemos luchar en todo los espacios para defender la vida y la madre tierra, particularmente en la realización de la COP 16; por eso proponemos la organización de una segunda conferencia de los pueblo para fortalecer el proceso reflexión y acción.
17. Ratificar la campaña global organizando la Minga/Marcha Mundial en Defensa de la Madre Tierra y de los Pueblos contra la Mercantilización de la Vida, la Contaminación y la Criminalización de los Movimientos Indígenas y Sociales.
jueves, 22 de abril de 2010
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